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El viento de las madrugadas

Sobre el pómulo derecho
Tengo una marca con forma de culebra
Es donde más me dieron
Con movimientos circulares
Y gel
Logro esfumarla
Tengo un costado más bajo que el otro
Es con el que levanté la espada
Los días de lluvia me duele
Ahí donde el viento de las madrugadas
Me traspasó con silbidos
Chirridos de trenes
En estaciones con claraboyas
Palomas ciegas chocan contra vidrios celestiales
Conocí ser más liviana
Que las hojas de los diarios de ayer
Del polvo que se junta
En el gran reloj de Constitución
Más solitaria que las putas
Porque quién confía en una mujer
Que dice lo que siente
Qué hace llorar a un policía en un furgón
Contándole una historia inventada
Que toma mate con el ladrón más buscado de Quilmas
Fue asesinado por la policía
En su propia cama
Al costado de su casa
Había un pozo camuflado
Con ramas de pino
Escuché su risa de pájaro
Cuando me acompañó por el pasillo
Y me saludó agitando su mano
A los tres días lo balearon
Quién confía en una mujer
Que sabe que va a suceder antes que suceda
Un lazo de colores simultáneos se desata
Un hombre ofuscado agarra un cuchillo
Le rebana la cara a otro que dice
-ya no existen los guapos-
al costado de los rieles
la sangre y el vino se derraman
una sirena atraviesa la noche larga
una callecita de tierra
una virgen iluminada
me guardan con mi vestido blanco
caminé sin prisa. Sin miedo
escuché mi corazón brincar
corrí sosteniéndolo en el invierno
de un pueblo vallado
un hombre borracho me lloró sus pecados
sostuve su cabeza entre mis manos
vi en sus ojos a un Cristo agonizante
besé sus lágrimas
y ahora que solo tengo que mirarme
a mi misma
me odio y tiemblo
y siento otra vez sobre el costado
al viento de las madrugadas.