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El gallo púrpura

La ladrona
La loca y la asesina
Me acompañan y alientan
Con satisfacción profunda
Cuando a bocanadas calientes
Muerdo a todos los hipócritas
Y los despierto con mi mantra
Un gallo
Desvelado en el exilio
Un gallo con los colores de riña
Púrpura negro y cresta erecta
Que solo vuela
Cuando la sangre se precipita
Un ojo acecha en los confines del cielo
¿es el ojo de Dios?
padre enseñame a llorar
quiero escuchar la tristeza y su cascada amarga
restañar en mi corazón
qué resuenen sus campanas
en el altar de mi infancia
durante las mañanas de comunión de las niñas
con sus vestidos blanqueados al sol
flameando como banderas de paz
a la orilla del camino.