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Costa del día
La corona dorada de un motel en la noche
Cisnes azules y dorados
Cuando era pequeña
Yo también los veía
En la costa del día
El perfume del pasto para los camellos
El sabor del agua que juntábamos con mi padre
Bajo un cielo de grillos y luciérnagas reales
un portón oxidado
el temblor de los telones
escritorios chorrean humo
quejas contraquejas y grilletes
chillidos celulares y metastásis
cuando abro esa grieta
descacarando mis días
aparece el pecho de mi hijo
una ballena más azul que el júbilo
veo el color del cielo del verano
ahí Venus
opuesta Marte
son amantes en un fulgor incendiario
siento el ramalazo de la hierba
su esplendor en la noche
ahuecamos la mano
bebemos del agua más pura
hablando de monjas y gitanas
mi hijo se duerme con la boca entreabierta
mastico menta
preparo regalos
escucho pisadas de camellos.